Afores para niños
Por José Antonio Rojas Garza
Noviembre 7, 2019
Una de las ideas erróneas más arraigadas en la cultura mexicana es que a los niños no se les debe hablar de dinero “para no preocuparlos o agobiarlos con temas de grandes”; lo que provoca que cuando estos llegan a la edad adulta se enfrentan es a problemas financieros, que pudieron haberse prevenido de haber contado con educación financiera.
Un dato revelador sobre la deficiente educación financiera que tenemos en nuestro país es que sólo 4 de cada 10 mexicanos ahorra para su retiro en una afore (Administradoras de Fondos para el Retiro), lo que supone que 6 de cada 10 mexicanos está en riesgo –al igual que su familia– de vivir en condiciones difíciles la etapa de la vejez.
Para contribuir a solucionar este problema, en 2016 se hizo un cambio en la regulación con la intención de permitir la inclusión de la población infantil y juvenil en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), que estaba restringido únicamente a los trabajadores.
A partir de este cambio, cualquier niño puede tener una cuenta de afore con el apoyo de sus padres, tutor o de la persona que ejerza la patria potestad. La cuenta estará a cargo de los adultos hasta que el niño cumpla 18 años.
¿Cómo funcionan?
Las afores infantiles deben ser abiertas por los padres o tutores del menor en cualquier sucursal de las 11 administradoras que operan en el país, a través de agentes promotores de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR).
Para activar la cuenta se debe hacer un depósito inicial de 20 pesos. Puede realizarse a través de una transferencia, depósito bancario o en un corresponsal bancario, solo que en este caso el monto es de 50 pesos. Posteriormente, se pueden hacer aportaciones desde cinco pesos diarios; entre mayor sea la aportación, mayor será el ahorro.
El niño recibirá un estado de cuenta cada cuatro meses para conocer los movimientos, depósitos y ver cómo va creciendo su dinero.
Beneficios del afore infantil
• El dinero de los niños se puede beneficiar de rendimientos superiores a los que ofrecen los bancos en las cuentas de ahorro tradicionales.
• Pone en práctica el hábito del ahorro estableciendo objetivos de corto y largo plazo.
• Incrementa el nivel de concientización de la importancia del ahorro para el retiro.
• Al iniciar desde niños el ahorro para el retiro, la edad a la que podría dejar de trabajar ya contará con recursos para solventar su día a día sería menor.
Ciertamente hablar del retiro en la niñez o adolescencia parecería demasiado lejano e incluso absurdo, pero con este sencillo ejemplo podemos explicar a los niños la importancia de ello.
Si un niño ahorrara 50 pesos a la semana desde el momento de su nacimiento y hasta que cumpliera 18 años de vida, tendría 46,928 pesos (sin considerar los rendimientos) aun sin haber empezado siquiera su vida laboral. Aunque en este momento esos casi 47 mil pesos pudieran parecer poco, la realidad es que ya como adulto no estaría partiendo de cero como le pasa a la mayoría de la población.
Fuentes: Consar, Condusef
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