Inversionistas ángeles: ¿buena idea para poner en marcha tu idea?
Por José Antonio Rojas Garza
Noviembre 7, 2019
Conseguir recursos para echar a andar un negocio es quizá el principal reto de los emprendedores. Una excelente idea puede nunca ver la luz, si no se cuenta con el capital necesario para materializarla. Por el contrario, puede brillar y convertirse en una compañía disruptiva, como lo han sido Apple, Uber, Google y otros.
Además de los créditos, existen otras alternativas para materializar las ideas de los emprendedores como los conocidos inversionistas ángeles.
El capital privado es dinero que aportan inversionistas a empresas con potencial de crecimiento. Ellos toman posiciones accionarias en las compañías que promueven y participan activamente en la gestión del negocio, haciéndolas más productivas.
Básicamente se trata de inversionistas que compran “cachitos” de empresas con alto potencial, para hacerlas crecer. Una vez exitosas venden su participación para obtener ganancias. Por supuesto, no siempre se obtienen rendimientos, pero el riesgo es parte de esa inversión.
Ahora bien, se puede diferenciar a los accionistas de acuerdo a su estrategia o a la etapa en el ciclo de vida en que se encuentran las empresas en las que invierten. Los inversionistas ángeles son aquellos que aportan “capital semilla” a proyectos que aún están en su etapa de creación o desarrollo.
Al terminar el periodo de inversión, los ángeles se retiran de la empresa, ya sea mediante la venta de su participación a los accionistas originales (los emprendedores) o a otros compradores de la industria.
El tiempo que se quede un inversionista de este tipo en la empresa donde participe dependerá de su estrategia, la cual a su vez estará relacionada con lo que el negocio tarde en generar el retorno esperado. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap), en promedio, suelen quedarse entre 3 y 7 años.
La industria del capital privado está muy consolidada y es bien entendida en países desarrollados, como Reino Unido y Estados Unidos; además ha logrado buena penetración en países en desarrollo como India y Brasil. Sin embargo, dice la Amexcap, en México el sector es relativamente joven, “y aunque ha crecido a un ritmo acelerado y su impacto es cada vez más importante, aún es pequeño. Fuera de las empresas invertidas (compañías donde los fondos realizaron inversiones) y las instituciones que trabajan con ellos, aún existe un desconocimiento generalizado de su modo de operar y su impacto”.
Dos de los casos de éxito que podemos citar en México es la aerolínea mexicana Volaris y GenommaLab, las cuales han tenido participación de capital privado en distintos momentos. En el caso de la aerolínea un fondo apostó por la empresa el inicio de sus operaciones, mientras que en el caso de Genomma los inversionistas ángeles entraron cuando la empresa tenía ocho años de operar.
¿Quién busca a quién?
Se trata de una tarea compartida. Los fondos de capital tienen redes de contactos interesados en proyectos. Por otro lado, existe una red de emprendedores prometedores que están en las incubadoras o aceleradoras de negocios buscando recursos para concretar sus proyectos. De ahí que si eres de estos últimos, busques acercarte a una organización con capital para que afines tu plan de trabajo y puedas ir en busca de dinero.
Los inversionistas ángeles tienen reglas de operación para que tú puedas acceder a sus recursos, porque después de todo es su dinero. Así que tampoco te sorprenda el hecho de que se involucren en el negocio. Por supuesto que no lo harán para apropiarse de tu idea, sino para asegurarse que tu empresa llegue a buen puerto antes de retirarse.
Recuerda que el capital privado no se trata de préstamos, sino de recursos que buscan impulsar el crecimiento y surgimiento de nuevas empresas, además de rendimientos económicos para los inversionistas.
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