Hábitos de ahorro en pareja

Por Juan Carlos González Díaz
Noviembre 6, 2019

Hábitos de ahorro en pareja

Además de paciencia, confianza, lealtad y mucho amor, la estabilidad de las parejas depende también en gran medida de cuestiones económicas. Los desacuerdos financieros suelen causar muchos problemas y en algunos casos son hasta causa de divorcio.



Para que el aspecto económico no sea un dolor de cabeza o motivo de una ruptura con tu pareja, y por el contrario, sea un área de trabajo en equipo y oportunidad de bienestar hasta que la muerte los separe, a continuación enumeramos una serie de consejos que podrían ayudarte a conseguir el tan anhelado “y vivieron felices para siempre”.



Presupuesto compartido



Si cuando se es soltero es importante hacer presupuestos, viviendo en pareja lo es mucho más. Un presupuesto le permite a la pareja visualizar un panorama general de su situación económica.



¿Cómo hacerlo?



Para poder hacer un presupuesto en pareja se debe partir de una buena comunicación. Ambos deben saber cuál es la situación económica de cada uno (ingresos, gastos y ahorros), para entonces poder determinar cuánto aportarán cada uno a los gastos compartidos como renta, servicios y alimentación; pero también determinar cuánto guardará cada uno para sus cosas personales como la ropa, transporte, hobbies, actividades de entretenimiento, salidas, etc.



Sin herir susceptibilidades, es muy importante que ubiquen qué tan gastalón o gastalona es tu pareja para evitar que en un futuro, alguno de los dos desequilibre las finanzas.



Lo mío, lo tuyo, lo nuestro...



Debes saber distinguir muy bien el espacio de la economía de la pareja y el personal. El de la pareja es aquel donde el dinero va a un fin común (hipoteca, servicios, alimentación, colegiaturas), el propio es la esfera de lo personal: tu ropa, tus gustos, el café con los amigos; en este espacio nadie te puede reprochar lo que hagas con ese dinero ni te debes sentir mal al gastarlo.



Define responsabilidades



Una vez hecho el presupuesto, es momento de delegar responsabilidades de gastos. ¡Ojo! No siempre tienes que irte “a michas”, porque posiblemente no ganen lo mismo y tampoco gasten individualmente de la misma manera. Por ejemplo, quizá el que tiene más ingresos puede dedicarse a pagar la renta y alimentación, mientras que la otra persona se puede enfocar en los servicios del hogar.



Un tip es definir el porcentaje de su salario que aportarán para la pareja. Hablar de porcentajes y no de cifras concretas puede evitar malos entendidos y herir sentimientos si alguno gana más que otro. Que cada quien aporte el 30% de su salario es distinto a decir: yo aporto $7,000 y tú $4,500.



Armen su colchón



Algo que se debe volver hábito en sus vidas es el ahorro. No se trata de ahorrar lo que sobre al mes o a la quincena, sino fijar una cantidad periódica que puedan cumplir. Lo ideal es que los dos conozcan esa cantidad y la dividan como mejor les acomode, el punto es adquirir el compromiso. Verán que a la larga les traerá beneficios, ya que no sólo les podrá funcionar para alguna compra que quieran hacer a futuro, sino que tendrán un fondo de emergencias en caso de cualquier imprevisto.



Que la muerte no los sorprenda



Para que tu pareja, y en general tu familia, esté protegida, es importante que uno de los dos cuente con un seguro de vida. Éste los ampara en caso de que el titular del seguro fallezca, aunque también protege en caso de que sufra invalidez total y permanente. Otras coberturas que ofrece este seguro son pérdidas orgánicas, enfermedades graves y gastos funerarios, los cuales puedes contratar como cláusulas adicionales (contratadas por separado) o venir dentro de su cobertura básica.



También es fundamental que pongan especial atención al designar sus beneficiarios, pues serán ellos quienes recibirán la indemnización en caso de ocurrir un evento inesperado.



De acuerdo con la ley, tus beneficiarios legales serán tu cónyuge o a falta de éste, será el concubino (a) que haya vivido durante los últimos cinco años con el titular de la cuenta. En caso de que llegues a faltar, ellos son quienes recibirán una pensión, es decir, que tus recursos quedarán en sus manos. Recuerda que los derechos de pensión por viudez comienzan el día del fallecimiento del asegurado o pensionado y cesa con la muerte del beneficiario, o cuando la viuda (o) o concubinaria (o) contraigan matrimonio o entren en concubinato.



Fuentes: Conducef, Milenio

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